La primera vez que me asusto un fantasma no lo tuve que ver, solo lo tuve que imaginar, porque me mantenia en mi cama con la cobija tapandome hasta la cabeza, aunque el frio no era tan intenso en esos dias, ademas de mantener los ojos cerrados porque pensaba que asi iba a estar mas seguro de cualquier aparicion. Despues a mi mente vino la idea de que si abria los ojos y me destapaba, el miedo desapareceria, y apunto de hacerlo me arrepenti. Si mi hermano hubiera estado ahi de seguro le hubiera hablado para trankilizarme, pero ese dia me encontraba solo y con una sensacion de terror inexplicable.

Ya habia pasado una hora y nada mejoraba, a esas alturas ya me encontraba rezando, pidiendo por mi vida, mi alma y con ideas ya muy pesimistas de como terminaria esa noche. Derepente a mi mente vino una historia que habia leido y el panico me paralizo, aunque hoy no puedo recordar con precision la historia recuerdo la imagen que nacio de mi cabeza para petrificarme.

"Con un esfuerzo mental muy fuerte me quito la cobija, abro los ojos y ahi esta el anciano arrugado de ojos negros, mirada fija y tetrica, saco de lana descuidado y una dentadura muy amarillenta. Me sonrie!... sufro un ataque cardiaco... eh muerto."

Desperte y ya era de dia, solo recuerdaba hasta el momento que sufri ese ataque de panico que me paralizo, de seguro me desgasto esa situacion y me quede dormido.

La verdad creo que no corria ningun tipo de riesgo, pero tenia 7 años, y no tuve que ver nada paranormal para sufrir la noche, la mente me jugo un truco, pero aun asi cuando recuerdo esa noche solo me viene una frase a la mente...

Gracias a Dios.